Me había propuesto escribir un post con todas las cosas que se han quedado en el tintero sin respuesta alguna. Pero cuando estaba haciendo la lista y vi que iba por la incógnita número 250, pensé que la extensión del post iba a dejar en una broma los posts del Maikel y decidí dejarlo.
Así que, simplemente, me limitaré a dar mi opinión sin sobre analizar, porque ya todos sabemos lo que ha faltado por explicar y lo que no, y cada uno decide por sí mismo si para él es suficiente o no. Para mí claramente NO. Por lo que en vez de analizar punto por punto todas las cosas en las que me cagaría, solo haré un resumen global de lo que, bajo mi punto de vista, ha sido la serie:

3 años cojonudos donde mantiene al espectador en vilo desde el primer minuto y dejándolo siempre con ganas de más y más. La peña se enganchó porque un minusválido vuelve a caminar, a una tía se le curaba el cáncer, porque había un monstruo al que le llamaban sistema de seguridad cuando al final es todo lo contrario, porque un niño con poderes llamado Walt te tiene intrigado, porque los otros querían a los niños, porque hay un pie de una estatua del año de la polca, porque no podían nacer niños en la isla, porque parece que están allí por una razón y que son especiales y no por ser unos infelices.
Pero cuando las respuestas a todo eso (cuando las hay) es que hay una luz que se le pone un tapón como un desagüe, que el tío se convirtió en humo porque sí, que a veces mata y otras no puede sin razón alguna, que el niño desaparece de un plumazo y cuando lo de los embarazos, Dharma, el botón que había que pulsar cada 108 segundos, etc. no pintan una mierda a la hora del desenlace final pues, la verdad, deja mucho que desear. Tomándole prestada la frase a un sabio: ¡me esperaba más tete!
Aunque comprase que todo el desenlace está pensado a nivel "metafísico", lo que no se puede negar es que han querido centrar el desenlace en los personajes cuando lo que ha enganchado a montones de personas no era lo profundo de los personajes, su desarrollo y su felicidad. En todo eso Lost es una serie normal, se les coge aprecio a los personajes porque son muchas temporadas, pero nada más.
Está bien que un aspecto de la serie se haya cerrado con criterio, todos se murieron en su momento y se querían un montón, pero la intriga planteada ha resultado ser absurda e innecesaria. Y, eh, que me parece perfecto que os haya molado que todos sean felices y coman perdices en el reino de los cielos, pero a mí, para que nos vamos a engañar, eso me importaba bien poco el día que me enganche a la serie. Para ser más claros, realmente me importaba una puta mierda, yo quería soluciones a lo otro, lo que realmente me hizo desear cada semana como un loco que apareciera un nuevo capítulo. Y, aunque ahora me lo neguéis, sé que a vosotros también.
Y el tufo pesudoreligioso no se lo quita nadie por mucho que se hayan esforzado.
Gran producción, gran presentación y resolución insuficiente. Esta serie tenía una buena idea, pero la han engordado demasiado con tramas innecesarias para sacar pasta.
Debe ser que yo soy un hombre de ciencia y me gustan las cosas claras. Ciertamente, a veces, es más fácil vivir siendo un hombre de fe.
Lo dejo aquí porque al final me ha salido un tocho considerable y aún podría decir millones de cosas. Me hubiera molado hablarlas con vosotros en persona, pero eso no podrá ser y cuando vuelva ya será demasiado tarde para retomar la conversación original. Pero, si os animáis, lo podemos hacer en los comentarios, aunque peña como el Vatios se preocupe pensando que sus colegas son unos frikis de cuidado.
P.D. Y todo eso sin contar que al final han salido todo los putos personajes (incluyendo a cara estreñida Ana Lucía y Libby) menos uno. No hace falta que os diga quién. ¡Hijos de Puta!